"Pensar Ciudad"

Las viviendas sociales en la periferia de Rosario, Santa Fe, Argentina.
Empecé mi el discurso de mis ideas con la palabra Conjugar. En ese momento la conjugación que yo buscaba era por un lado defender la cultura rural, su identidad para trazar una urbanidad, creyendo que es posible conjugar lo urbano con lo rural.. Pero el error al trabajar era mi confusión del “como” conjugar la vida rural con la vida urbana, esto me llevo a que en realidad si se urbanizaba lo rural empieza a ser urbano, entonces de esa manera, trate de rescatar la esencia para que la urbanidad tenga ruralidad, y en esa esta búsqueda después de muchas vueltas, y no hallar el camino, me remonte a mi infancia y volví a mi ciudad, a estos son pueblos del interior de la pampa húmeda, pequeñas ciudades en medio de la tierra laborable, sea donde sea el lugar, donde es muy común la diversidad de cosas, es normal que en una misma calle encontrar un automóvil justo al lado de un un tractor.
Pero al lograr conjugar la vida urbana con el trabajo rural, entonces es necesaria la proximidad del área laborable y dentro de la urbanidad para que esto suceda donde consigo intersticios rurales, áreas productivas, del trabajo a mano. En este caso franjas paralelas.
Por que esa es su razón, su naturaleza y su habitar…y es ciudad, es la misma ciudad con otras características, creo que muchas veces desde mi punto de vista es más ciudad que las ciudad entre comillas "formal", o a la que se refiere a la alta densidad, a las infancias atrapadas por muros de ladrillos a las paredes empapeladas con políticos que atacan al gris en horizonte, al gris y más gris, al estrés perseguidor y las nubes de humo que retóricamente nos obnubilan.
Uno empieza a caminar, y en ese andar empieza a entender como es que funcionamos, para poder entender como funcionan las viviendas. Uno va viendo a su paso las casas, las calles, los espacios, los árboles, mas que ellos su sombra… En ese mirar descubro que sea donde sea que vallamos hay algo muy valioso y es el "sentido de propiedad", cada paso que doy los pensamientos se cruzaban confundiéndome, y repreguntándome….
En la mayoría de los casos donde se encuentran espacios compartidos, patios comunes, lugares de nadie, como patios entre edificios, donde existen pasajes que no ciertamente no pasan sino que quedan ahí. Calles que no continúan o que se devuelven convirtiéndose muchas veces en bocas de lobos, pero en contradiccion sinceramente no creo que estos lugares no puedan funcionar, sino, que “nosotros como sociedad no estamos preparados” para habitarlos.
Pero cuando, hablando en términos formales, lo privado es ciertamente privado, y hablo de decir cuando digo lo mío es mío y de nadie más, y lo de todos es de todos, no solo de algunos que viven justo ahí. Y es este el límite que decido respetar, lo público y lo privado. De alguna manera esto nos devuelva en algún punto el sentido de la igualdad.
Vuelvo a la periferia y veo que sea donde sea que halla una vivienda, en medio de diez hectáreas o en intersticios, o en lotes. La gente marca su territorio, mas allá de que tenga animales o no, con palets, alambres y chapas, que muchas veces no alcanzan para cercarlo pero si para delimitarlo, aunque halla una atrás, delante, al costado o a doscientos metros, sea donde sea que este, pero lo que existe es el sentido de propiedad...
Sigo mirando y empiezo a mirar más a dentro y descubro que la vida transcurre afuera de la casa, y dentro es poco el tiempo que se vive, tal vez por que la casa no tiene las comodidades necesarias, por costumbre, por herencia….. y, recuerdo mi parte de mi infancia y no recuerdo un adentro..…..todo esto y en cada paso que voy dando me doy cuenta que tal vez cada paso retrocedo, vuelvo a confundirme.
Esto mismo que escribo puede parecer confuso y ciertamente lo es. ..
Pero es lo que me sirvió para entendernos un poco.
Entonces la idealidad genera una guerra interna con la realidad, y me preguntaba como es que podían ser la casa, la vivienda, la vivienda social, el barrio, la ciudad, las calles, en el instante perfecto, cuando algún pensamiento delirante intentaba romper el cascarón, la realidad se imponía.
Solucionar este problema interno se me convirtió en otro problema, entonces decidí que las viviendas debían tener sobre todas las cosas posibilidad de extensión y más extensión, pero estas debían estar en un terreno, entonces la vivienda tenia que estar definida por el tamaño del terreno. Y en este punto vuelvo a retroceder.

Y me cuestiono el trazado de calles, del damero existente, tratar de salir de la ciudad convencional , ver otros ejemplos de barrios, tratar de buscar la idealidad, pero mi racionalismo y realismo muchas veces tiran mas que mi idealismo, porque el actual funciona , pero cuando intento formas raras me quedan intersticios, de terrenos, esquinas y miles de lugares de nadie, que me remontan a los actuales y los problemas que existen en estos.
Pienso las calles en relación las unidades de agrupamiento de las viviendas, pero no encuentro las formas, entonces invierto este proceso y pienso en las unidades de agrupamiento, y es ahí que decido que los terrenos pueden ser también irregulares, a pesar de tener aproximadamente las mismas superficies, y entonces en esa diversidad decido también que la diversidad tiene que estar en relación de la vivienda.
Una búsqueda de la diversidad, y por ello también decido no sectorizar las viviendas sino mezclarlas.
Generando diferentes situaciones dentro de una misma unidad de agrupamientos.
Y con respecto a los espacios públicos, decido sectorizarlos en tres partes, que funciona de límite con la autopista con la creación de una escuela agro - técnica y la otra como talleres de oficio y capacitación. Otra como borde del barrio existente que funciona como parte de recreación y deporte que a su vez se liga con el espacio verde central que el de la plaza pública de esparcimiento y su vez tiene continuidad con el paseo de lo las flores donde se encuentran los invernaderos.
Y como bordes de la vía, todo lo que tiene que ver con la parte institucional, servicios y municipal.

Las calles se dividen en tres grupos, las primarias con una estructura de unión de todo el barrio y las que comunican con las diferentes partes de la ciudad, con característica de boulevard. Las secundarias que son las de circunvalación del barrio y la terciarias que son las que unen ambas. Todas tiene una arbolado frondoso, primarias jacarandas de floración celeste (color de la canción o lila), secundarias liquidámbar (una coloración rojiza), y terciarias con fresnos, de ambos lados de las calles y con un buen podado poder crear en veranos túneles de sobra. Las tres son de hoja caduca.

El resultado de estos pensamientos proyecutales arrojó como resultado el barrio, o la pequeña ciudad, aunque sigo confundido porque no tengo la seguridad de cual es la mejor manera de hacer un conjunto de viviendas sociales, o un pequeño barrio, y no se si existe una "manera" como modelo que funcione perfectamente, ya influyen mucho las costumbres, ideologías, demás factores sociológicos, y antropológicos dependiendo los lugares a realizarlos.
Esta es mi manera.

Pablo Borsato

ARQUITECTURA CONSCIENTE

Comprender los orígenes y el objetivo de la vida en sus múltiples formas y en su totalidad es una antigua aspiración humana. Es la base del viaje hacia la integridad. Es el impulso a ahondar en uno mismo y a transcenderse para, así, poder soportar, celebrar y compartir los frutos del viaje.
El arquitecto posee un instrumento poderoso y único para hacer ese viaje. Cuando uno se adentra en el proceso creativo, las formas originadas se materializan en uno y dan lugar a una conversación viva y dinámica sobre lo que fuimos, somos y podríamos ser. El modo en que esas formas fluyen a partir de uno mismo afirma el propio lugar en un mundo más amplio, de comunidad y naturaleza. Nuestras vidas se funden con la arquitectura en una metamorfosis continua del ser y de la transformación: un viaje de destrucción y creación, un baile lleno de alegría entre las polaridades y las paradojas, un camino de transformación y entendimiento.
Gran parte de la arquitectura raramente trata con algo más que el estilo y las preocupaciones del momento. Sin embargo, el igual que la poesía, puede desvelar las capas culturales y crear nuevos significados con elementos familiares, así como espacios y relaciones que emiten reverberaciones, las cuales, con el tiempo, son capaces de curar, deleitar, tranquilizar, despertar y conmover el alma. Puede dar sentido al espíritu, al desplegar de un modo gradual las cualidades que ensalzan la vida y son inherentes a la obra: plantar una semilla con una sonrisa.
Es necesario aprender, con entusiasmo y humildad, de la sabiduría integrada en la naturaleza en lo que queda de las culturas indígenas del mundo. Estas civilizaciones pueden volver a traer a la memoria muchas cosas importantes sobre la vida en comunidad, la naturaleza y el cosmos. Sus costumbres son de tal entereza e integridad que suponen un fuerte contraste con el modo comparativo y analítico en que nuestro pensamiento ha separado la ciencia, la religión y el arte, y que ha dado lugar a la fragmentación del mundo después de la ilustración.
Nos esforzamos ahora por trabajar con creatividad y en comunidad para que nuestra individualidad despierte a la realidad de una sola humanidad y una sola tierra; y a nuestra responsabilidad compartida para asegurar la supervivencia. Es un viaje difícil y, con frecuencia, doloroso. Como intérpretes, facilitadores y servidores de la comunidad, llevamos nuestros valores a nuestra obra. Son los valores lo que importa.
En respuesta a esos desafíos, es necesario volver a integrar los sentimientos en nuestra inteligencia y a ésta en la intuición, de modo que los propios pensamientos y actos se imbuyan de comprensión, sabiduría, amor y alegría. ¿Somos capaces de dejar atrás el egocentrismo y nuestra propia expresión, y consagrarnos al bien mayor, ese que da sentido a la comunidad y al movimiento general de la civilización? La arquitectura tiene un gran potencial como vehículo de exploración y catalizador del proceso del despertar. Puede, mientras se sigue el viaje, ofrecer desafíos, apoyo, cura e inspiración.
Gregory Burgess, Australia
www.gregoryburgessarchitects.com.au

Centro de Evacuados


A fines de 2006 una fuerte tormenta atacó la ciudad de Rosario, Santa fe, Argentina.
Los destrozos fueron incalculables, roturas de techos, vidrios, locales, casas. Pero los más perjudicados fueron los que viven en condiciones de irregularidad, los asentamientos no formales y precarios, son los que pierden lo poco que tienen y donde habitualmente se generan nuevos focos de pobreza.
El siguiente terreno después del temporal, fue usurpado por un grupo mujeres, madres de familia, con el propósito lograr unas casillas de chapa y madera para poder vivir, en teoría momentáneamente hasta que el estado le solucionara el problema de la vivienda a través de la vivienda social, o alguna solución adoptada.
Esto tuvo dos sentidos, el primero un lugar para poder vivir ya que sus casa fueron arrasadas y el segundo en forma de protesta contra el gobierno, ya que el terreno esta frente a al centro de Distrito Municipal en la zona oeste de Rosario.
Este terreno tiene dos vecinos increíblemente contrastantes, por un lado el Distrito Municipal, y por otro lado asentamientos irregulares.
Entonces el problema radicaba en el que hacer, y en este que hacer, por un lado estaba la idea de en ese mismo lugar construir vivienda social, para que estas familias tuvieran la oportunidad de la casa propia, pero muchas veces las viviendas sociales se abstraen de la realidad, generando aun mas pobreza, ya que lo único que se hace es viviendas, sin tener en cuanta los factores socio-económicos, los factores culturales, la generación de trabajo, la ayuda de profesionales. Y al Hacer viviendas se estaría solucionando de alguna manera ese solo problema.
Al investigar y ver que pasa después de alguna catástrofe natural, situaciones de emergencias, encontramos el desamparo de muchas personas, el desarraigo de su lugar y sus pocas pertenencias, sus relaciones sociales, etc. Los encontramos en grandes gimnasios por días o galpones pasando semanas en condiciones de desesperación. Sin poder ir a trabajar, los niños sin poder ir la escuela, esperando de alguna manera sin esperanza de volver a su mismo lugar a esperar que tal vez vuelva ocurrir lo mismo.
Buscábamos una respuesta a la ciudad. Pero esta que no fuera solo una cosa puesta, y siguiendo con este debate de que hacer, llegue a un centro de evacuados, pero que no solo sea un centro de evacuados para albergar gente sino que pueda brindar un poco más. Por ello después de algunos debates internos generados, pude llegar a este centro. En el cual pensé en un ciclo, y en una respuesta que además de arquitectónica, tendrías que ser una apuesta cultural, para incentivar de alguna manera la educación, el trabajo, la esperanza, sobre todo de que se puede avanzar. Y que para tener un plus adicional, que tenga otros usos.
Entonces pensé que podría servir también que no solo funcione en situaciones de emergencias sino para albergar gente mientras se hacen los planeamientos de las villas para regularizarlas o cuando se utilicen los terrenos de donde personas estaban apara construir viviendas, e ir solucionando esos problemas sin tener a la gente como un objeto, sino como sujetos que somos.
Pablo Borsato